Autora: Carmen
Domingo
Editorial:
Taketombo
Año de
edición: 2014
ISBN: 978-84-940483-9-5
Páginas: 128
Carmen Domingo nace en
Barcelona. Tras licenciarse en Filología Hispánica se dedica a la investigación
y a la docencia. Especialista en el período que abarca desde la II República hasta la
posguerra y en la condición social de la mujer, escribe numerosos ensayos
históricos y también novelas. Sus
últimos libros son “Con voz y voto: Mujer y política en España, 1931-1945”
(2004), “Nosotras también hicimos la guerra” (2006), “Coser y cantar: las
mujeres bajo la dictadura franquista” (2007), “Mi querida hija Hildegart”
(2008), “Conversaciones de alcoba” (2009) y “La fuga” (2011).
En la actualidad
comparte su actividad literaria con la colaboración en medios de comunicación
escritos y radiofónicos.
Carmen
Domingo viaja a Japón en diversas ocasiones y siente la necesidad de escribir
sobre el país. Tras publicar “Los
secretos de alcoba de las geishas” y “Por qué las japonesas no engordan” retoma la literatura nipona con esta
fábula que rinde homenaje a las personas que sufrieron el gran terremoto del
2011.
Nozomi, una niña de once años, cuyo
nombre significa esperanza, es la protagonista de la historia. Inicia un viaje
“fantástico”, mostrándonos con sus aventuras, sueños y voluntades el camino que
recorre tras la destrucción de su pueblo y la desaparición de las personas que
han formado su entorno.
La niña yace en una cama de
hospital, donde el silencio y las lágrimas se mezclan con los susurros de
médicos y enfermeras. Sin decir nada a nadie, se levanta, se viste, toma su
mochila y el libro que leía cada tarde con su abuela: “Mi familia y otros
animales” de Gerald Durrell”. Marcha del hospital con una sola idea.
Tiene que llegar a Corfú, la isla
griega donde vivió su abuela de joven. Está convencida que más allá de los olivos y de
las aguas azules la encontrará y volverán a abrazarse. Se lo prometió antes del
terremoto, y el deseo la empuja a realizar el largo viaje. Curiosamente, reconoce
los paisajes que tantas veces su abuela le ha relatado; son iguales a las
imágenes que guarda en su mente. Se encuentra con un niño llamado Spiro, el
mismo nombre que el del guía de su libro de cabecera. El niño, un pastor de
cabras, que nada sabe de teléfonos móviles ni de la extraña vida que parece
existir más allá de sus parajes, le muestra a la niña su bella isla y la ayuda
en su misión. Se establece una relación entre ambos personajes que refleja el
contraste entre una sociedad tecnológica y globalizada, azotada por un desastre, con una visión sencilla e idealizada de un mundo que también puede que esté
desapareciendo.
Hay un proverbio japonés que
sobrevuela cada una de las páginas de esta historia y sobre todo en la voluntad
de esa niña que no cejará hasta cumplir con su deseo, con su promesa. Da igual
dónde, da igual cuando.
“Cae siete
veces, levántate ocho.”
GRISELDA MARTÍN
CARPENA
10-6-2014
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